Coños es una obra escrita por Juan Manuel de Prada en el año 1994 que “constituye un homenaje a la mujer y a la literatura […] Burlándose de los géneros, entremezclando lúdicamente el fragmento lírico con las memorias apócrifas, la prosa de estirpe clásica con un humor tributario de las vanguardias”. (Prada, 1995: 1) También esta colección de textos eróticos es un homenaje a Senos (1917) de Ramón Gómez de la Serna. (Prada, 1995: 1)
El primer capítulo, “Los anticipos del coño”, parece ser una introducción en la novela, se nos presenta el espacio y el tiempo, “el mes de agosto […] en cualquier cafetería de la plaza” (Prada, 1995: 4) y a una mujer, Nuria. Si seguimos con la lectura observamos que el próximo capítulo presenta una historia diferente, que no tiene nada que ver con la primera. “El coño de alquiler” cuenta la historia de la mujer que “recibe los embriones […] que se quedaron, de repente, huérfanos de útero, porque su verdadera madre padecía malformaciones o pereza o pavor al parto” (Prada, 1995: 5). Los únicos elementos que tienen en común estos dos capítulos son el coño y unos términos científicos, el coño comparado con un “triángulo isósceles” (Prada, 1995: 4) y el coño que da “vida a ese embrión que ha permanecido congelado durante años en el frigorífico de un laboratorio” (Prada, 1995: 5). También hay que mencionar que se utiliza el disfemismo[1] “coño de alquiler” para ridiculizar con tono humorístico el aparato reproductor femenino.
El título nos puede confundir un poco porque uno puede creer que se trata de un libro pornográfico
Es verdad que hay pasajes de erotismo, como en el capítulo “El coño de la violonchelista”, en donde se describe como la violonchelista “ajusta sus rodillas a la depresión de su instrumento, a esa superficie de madera alabeada, ondulante, que equivale a la cintura, lo agarra del cuello, le pinza las cuerdas vocales y le frota el pecho con el arco, hasta herirlo en el corazón y hacerle llorar un si bemol” (Prada, 1995: 7), pero aquí se trata de la sensibilidad camp que “se interesa por la belleza exterior, convierte un objeto o persona en algo exagerado y artificial y representa una visión diferente de un concepto por medio del contexto”[2]. También se refiere a la “manera de mirar y a la forma en que vemos un objeto“[3].
Susan Sontag (2007: 320) afirma en “Notas sobre lo camp” que camp es “una especie de amor, amor a la naturaleza humana” y “el amor a lo no natural: al artificio y la exageración, […] un culto a la exageración de las características sexuales y los amaneramientos de la personalidad” (2007: 303, 307). No tenemos que negar la presencia del erotismo, pero no hay un erotismo vulgar o pornográfico, sino que cada capítulo describe la mujer y el sexo con amor y ternura de una manera diferente, metafórica porque hasta ahora “se ha escrito todo lo que se podía escribir”[4], así como el proprio Umberto Eco (1985: 29) afirma en Apostillas a El nombre de la rosa que:
la actitud posmoderna es como la del que ama a una mujer muy culta y sabe que no puede decirle «te amo desesperadamente», porque sabe que ella sabe (y que ella sabe que él sabe) que esas frases ya las ha escrito Liala. Podrá decir: «Como diría Liala, te amo desesperadamente.» En ese momento, habiendo evitado la falsa inocencia, habiendo dicho claramente que ya no se puede hablar de manera inocente, habrá logrado sin embargo decirle a la mujer lo que quería decirle: que la ama, pero que la ama en una época en que la inocencia se ha perdido. Si la mujer entra en el juego, habrá recibido de todos modos una declaración de amor. Ninguno de los interlocutores se sentirá inocente, ambos habrán aceptado el desafío del pasado, de lo ya dicho que es imposible eliminar; ambos jugarán a conciencia y con placer el juego de la ironía… Pero ambos habrán logrado una vez más hablar de amor.
El libro está dividido en cortos capítulos, cada uno de ellos representado por un título sugestivo, que parece breve artículo de revistas. Podemos afirmar que la palabra coño, en nuestro contexto, es el sinónimo de mujer. En cada capítulo se presenta de manera diferente una anatomía femenina, mejor dicho, el modelo de una mujer diferente, que pertenece a diferentes clases y categorías sociales, en algunas ocasiones haciéndose referencia a la literatura erótica tradicional. A parte de eso, también se nos presenta un conjunto de sentimientos y emociones que un hombre puede experimentar durante su vida al encontrarse con un coño, así como se puede observar en el capítulo “Coños Codificados”, donde el narrador-personaje dice sobre el que es “el coleccionista de coños, el filatélico que ha besado todos los coños para probar el sabor salobre de su sello de lacre” (Prada, 1995: 9) o en el capítulo “Alegorías de salón”, en donde el amo, el marqués de Redondilla, organiza en su casa un juego que supone que sus sirvientas “han de posar desnudas, o en todo caso con el coño al aire” (Prada, 1995: 10).
Lo que más me trajo la atención en este capítulo, no es el nombre “Alegorías de salón”, ni siquiera la narración en sí, sino el nombre del marqués[5] junto a la palabra Redondilla[6] y la repetición abusiva “Mi señor amo, el marqués de Redondilla” (Prada, 1995: 11). No solo en este capítulo tenemos este tipo de repeticiones, sino que cada capítulo presenta repeticiones sobre el personaje al cual se hace referencia. Se observa claramente que tenemos enfrente un recurso estilístico vanguardista, el humor, la ironía, porque “el postmodernismo desea recuperar el pasado, pero con ironía”[7]. Por ejemplo, en “Arqueología del coño” tenemos presente el “collage estilístico”[8] donde “la mezcla de estilos”[9] está presentada de manera irónica:
El coño de las estatuas griegas es de una blancura avejentada por el carbono 14, un coño sin pelambrera y, por supuesto, impenetrable. El coño de las estatuas griegas, que mi hermano Félix acaricia con esa veneración de los sacerdotes que ofician una ceremonia sublime, no admite variantes, aunque pertenezca a diosas tan dispares como Afrodita o Démeter. El coño de las estatuas griegas es un pellizco de mármol, una superficie alabeada con una leve depresión entre los labios (en ningún caso un orificio) que mi hermano Félix masturba con su dedo índice, trazando un movimiento circular, parsimonioso, que, día tras día, va erosionando la piedra. (Prada, 1995: 14)
Como se puede observar, igual como pasa también en otras obras posmodernas, tenemos la presencia de “metalepsis del personaje”[10], porque nuestro narrador-personaje hace un salto entre los niveles ontológicos y viaja de un nivel de ficción a otro. En “El coño de las solteronas”, el narrador extradiegético, narra la historia en tercera persona, se mantiene fuera de la historia, para que al final de un salto y se convierta de nuevo en narrador intradiegético:
Qué triste languidece el coño de las solteronas, qué iguales discurren los días de la espera. Entra por las ventanas un crepúsculo rojo, definitivo como el Apocalipsis, y llora el coño una lágrima de fuego o impotencia, intuyendo que su amante no volverá. La solterona se levanta de su sillón de mimbre, se asoma a la ventana y requiere a un hombre que pasa por la calle. Ha guardado ausencia durante años y años a la memoria del primer amor, y ahora quiere desahogarse con el primero que pilla. Afortunadamente, yo he sido el primero. (Prada, 1995: 36)
Durante la narrativa, encontramos una gran variedad de temas que se desarrollan alrededor del coño, pero también variedad de personajes que perteneces a diferentes clases sociales, orientaciones sexuales o con experiencias de vida distintas. En “El coño del travesti”, el narrador se encuentra con un viejo amigo homosexual Felipe, alias La Coquito, al cual le perdió la pista durante años, hasta que volvió a encontrárselo, hace unos meses, en aquella discoteca intransitable, a la que acudía para celebrar su despedida de soltero (Prada, 1995: 39). En este capítulo, aparece el diálogo y el narrador entra en contacto con su amigo:
-Pero, ¿no te has extirpado el miembro? ¿No decías de pequeño que ibas a ahorrar para operarte? Felipe, alias La Coquito, bajó la mirada al suelo erizado de cucarachas y vidrios rotos. Me dijo, con una voz de canario ronco: -Me he operado siete veces, pero es inútil. Siempre me vuelve a crecer, como la mala hierba. (Prada, 1995: 39)
En “El coño de las costureras”, el narrador hace una descripción sorprendente:
Me gusta la conjunción de mujer y máquina, ese centauro femenino que forman la modista y la sínger, la mujer y el metal que funciona con la fuerza motriz de unas piernas frágiles sólo en apariencia”, para que después, también por intermedio del dialogo, haga una confesión un poco indecente a las costureras y modistas, diciéndole que gustaba y que se estaba enamorando de los coños de ellas. (Prada, 1995: 37)
En cuanto vamos más allá con la historia, encontramos referencias sobre personas reales por medio de personajes como Henry Miller[11], Fidel Castro[12], etc. En “Refutación de Henry Miller”, Henry Miller es descrito como “maestro de la brusquedad, escritor desaforado, follador insomne” (Prada, 1995: 40). Es posible que el autor se haya inspirado de la obra de Miller, cuando escribió este capítulo. Referencias sobre Fidel Castro encontramos durante el capítulo “El coño de las cubanas”, donde el narrador es amigo de Fidel Castro y dice:
Viajo una vez al año a Cuba, para fumarme mis buenos puros con Fidel Castro y contarle algún chiste verde. (Prada, 1995: 42)
En “El coño de mi novia”, el narrador es ahora autor y revela que el coño de su novia le “ha servido como coartada o excusa o inspiración para otros coños imaginarios” (Prada, 1995: 43). También revela el hecho de que mientras el escribe, la novia lo observa desde las sábanas sin ninguna queja, y le declara que es el mejor escritor de España, aunque aún le quedan otros tres días, porque se ha propuesto redactar este catálogo en seis días. (Prada, 1995: 43) Pero, durante la obra, el narrador asume muchos otros papeles, como por ejemplo: mayordomo del marqués de Redondilla (Prada, 1995: 10), recepcionista en un hotelucho (Prada, 1995: 26), enfermero en un manicomio (Prada, 1995: 52), agregado cultural en la embajada rusa (Prada, 1995: 54), taxidermista[13] de coños (Prada, 1995: 60), médico (Prada, 1995: 66), estudiante en la Universidad de Princetown (Prada, 1995: 73), etc.
Como podemos observar, después de lo real, el narrador nos introduce de nuevo a la narrativa de ficción. En el capítulo “Los coños de Melusina”, tenemos una historia cómica y humorística. El narrador cuenta que ha capturado una sirena que “a diferencia de las demás mujeres, tiene dos coños, uno a cada lado del ombligo, ocultos entre escamas como párpados; son coños gemelos, simétricos, que le sirven al mismo tiempo como agallas y que tienen un cierto aspecto sanguinolento”. (Prada, 1995: 44)
El libro está dividido en 54 capítulos, cada uno se construye de una manera unitaria y fragmentaria, cada historia con sus páginas, sin un desarrollo linear, en antítesis con la novela tradicional donde hay que seguir el hilo conductor. Así, el libro se puede leer empezando con cualquier capítulo, rasgo innovador y original en la obra posmoderna.
Como se ha demostrado, aunque al principio probablemente el lector ve con otros ojos la obra, al final nos damos cuenta, que el libro “no es escrito sólo para hombres. Tampoco es […] un espejo de mujeres. Ni un manual de educación sexual. Ni un prontuario de ginecología. Ni […] un simple opúsculo pornográfico” (Prada, 1995: 2), sino que es un libro para saborear con despacio, disfrutar o para reír, según el propio narrador nos releva en el fragmento, hechos expuestos también por Luís Carda Jambrina en el prólogo.
El coño de mi novia es un coño violento, de una zoología más crustácea que molusca (y los gourmets me entienden), aunque a ella le desagrada que dé tantos detalles, por si alguien la fuese a identificar (¿quién, me pregunto, si yo he sido su primer novio?). El coño de mi novia nos asusta todos los meses con menstruaciones diferidas (tiene el reloj roto) que nos ponen un infarto en el pecho y una sombra de primogénito en mitad de la cama. No es que estemos en contra de la procreación, pero un hijo nos desbarataría la existencia, ahora que la pluma todavía no ha empezado a procurarme unos ingresos holgados. (Prada, 1995: 43)
En la mayoría de los capítulos tenemos la presencia de un narrador-personaje en primera persona, pero como se puede observar, el narrador no es el mismo personaje durante toda la obra, hecho que aumenta “la hibridez del discurso narrativo”[14]. Algunas veces las mujeres reciben un nombre (Nuria, Milagros, Silvia, Gertrudis, Valeria, Inés, Amanda, Amelia, etc.), pero en la mayoría de los casos se habla sobre “un tipo de coño”, así como sucede también en “El coño de mi novia”, porque el autor no presenta el nombre de su novia. Si hay que comparar el libro de Prada con una canción, diría que la obra es muy parecida a la canción “Mambo No. 5”[15], donde tenemos varios tipos y nombres de mujeres.
La obra es una obra original y vanguardista, Juan Manuel de Prada poniendo en relieve muchas de las características posmodernas. Aparecen también la intertextualidad, donde tenemos referencias sobre la novela de Lezama Lima, Paradiso (“El coño de las cubanas”), los libros de Gustavo Adolfo Bécquer y Barbará Wood (“El coño de la tuberculosa”), la película She wore a yellow ribbon (“El coño de la Comanche”), los libros de Felipe Trigo, el autor de Jarrapellejos y La Altísima, (“Villa Louisiana”), Shakespeare (“El coño cataléptico”), Proust (“El coño de las putas”), las sinfonías de Beethoven (“El coño de la coronela”), las canciones de Mocedades (“El coño de la ninfómana”), la religión (“El coño de la monja budista”), el romano policiaco (“El coño de las ahogadas”), el circo (“La domadora de leones”), los juguetes Barbie (“El coño de las muñecas”), capítulos autobiográficos (“El coño de mi novia”) y la metatextualidad, en donde “el narrador se refiere a sí mismo y comenta lo que está escribiendo”[16]: dice sobre el libro que está escribiendo que es el “único catálogo verídico que hasta la fecha se ha escrito sobre el particular” (Prada, 1995: 30), después que el coño su novia le “ha servido como coartada o excusa o inspiración para otros coños imaginarios” (Prada, 1995: 43) y también se auto intitula “tratadista del coño” (Prada, 1995: 60). Como se puede observar, el posmodernismo “es un término que sirve para cualquier cosa”. (Eco, 1985: 28)
Durante el análisis, se ha demostrado el hecho de que estamos enfrente al posmodernismo porque
e pusă în discuție ideea de progres, cînd nu se mai dă crezare „marilor povești” filozofice ce încearcă să interpreteze în mod univoc mersul istoriei, cînd relația dintre om și natură este regîndită, precum în ecologism, cînd sînt puse sub semnul întrebării credința într-o rațiune „tare” și universală, eficacitatea metodei formale și cantitative, ideea unei emancipări înțeleasă ca egalitate, favorizînd mai degrabă diversitatea, pluralismul, respectul pentru diferențe, fragmentarea grupărilor politice, caracterul lor transversal. (Eco, 2004: 275)
Se cuestiona la idea de progreso, cuando ya no se creen en las “grandes historias” filosóficas que intentan interpretar inequívocamente el curso de la historia, cuando se replantea la relación entre el hombre y la naturaleza, como en la ecología, cuando la fe en cuestión es cuestionada. – una razón “fuerte” y universal, la efectividad del método formal y cuantitativo, la idea de una emancipación entendida como igualdad, favoreciendo más bien la diversidad, el pluralismo, el respeto a las diferencias, la fragmentación de los grupos políticos, su carácter transversal. (traducción del rumano)
También el posmodernismo
este în definitiv un fenomen unitar, care unește filozofi, arhitecți, romancieri, pictori, feministe, homosexuali, spectatori de televiziune, navigatori pe Internet, minorități etnice, credincioși ai New Age (Eco, 2004: 275).
en última instancia, es un fenómeno unitario, que une a filósofos, arquitectos, novelistas, pintores, feministas, homosexuales, televidentes, navegadores de Internet, minorías étnicas, creyentes de la Nueva Era. (traducción del rumano)
Podemos concluir que el libro presenta un estilo híbrido, fragmentario, lenguaje sexual bastante explícito, palabras elaboradas, pero también lenguaje coloquial, todos unidos en un “diccionario de coños” vanguardista.
Para leer: “La promesa” – el amor inalcanzable en las leyendas castellanas de Adolfo Bécquer
Bibliografía
- PRADA, Juan Manuel de (1995), Coños, Edición El Club Diógenes Valdemar
- ECO, Umberto (1985), Lo posmoderno, la ironía, lo ameno en Apostillas a El nombre de la rosa. Barcelona: Lumen, pp. 28-33
- ECO, Umberto (2004), Dar ce este acest postmodernism?, en Pliculețul Minervei. București: Humanitas. pp. 274-275
- SONTAG, Susan (2007), Notas sobre lo camp, en Contra la interpretación, Barcelona: De Bolsillo, pp. 303-321
- Curso de narrativa posmoderna impartido por Mihai Iacob (2020)
- https://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Manuel_de_Prada
[1] Curso de Pragmaretórica impartido por Mihai Iacob (2020)
[2] Curso de narrativa posmoderna impartido por Mihai Iacob (2020)
[3] Ibid.
[4] Ibid.
[5] “título nobiliario mediante el cual monarcas europeos han concedido un honor o dignidad a ciertas personas y linajes a lo largo de la historia” (https://es.wikipedia.org/wiki/Marqués – consultado el 4 de abril de 2020)
[6] “estrofa castellana que se compone de cuatro versos, normalmente octosílabos” (https://es.wikipedia.org/wiki/Redondilla – consultado el 4 de abril de 2020)
[7] Curso de narrativa posmoderna impartido por Mihai Iacob (2020)
[8] Ibid.
[9] Ibid.
[10] Ibid.
[11] escritor norteamericano con una obra autobiográfica y vivencial; su naturalidad para tratar temas como el sexo y su denuncia de la hipocresía social en esta materia le valió la admiración de infinidad de lectores de todo el mundo(https://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/miller_henry.htm – consultado el 13 de abril de 2020)
[12] abogado, político, revolucionario marxista cubano, primer ministro (1959-1976) y presidente (1976-2008). (https://es.wikipedia.org/wiki/Fidel_Castro – consultado el 13 de abril de 2020)
[13] Persona que se dedica a practicar la taxidermia (Arte de disecar los animales para conservarlos con apariencia de vivos.) (https://dle.rae.es/– consultado el 14 de abril de 2020)
[14] Curso de narrativa posmoderna impartido por Mihai Iacob (2020)
[15] Canción compuesta por el músico cubano Dámaso Pérez Prado en 1949 y renovada en 1999 gracias al alemán Lou Bega. (https://es.wikipedia.org/wiki/Mambo_No._5 – consultado el 17 de abril de 2020)
Refrán: https://www.youtube.com/watch?v=bu7h_md33So
“A little bit of Monica in my life/ A little bit of Erica by my side/ A little bit of Rita’s all I need/ A little bit of Tina’s what I see/ A little bit of Sandra in the sun/ A little bit of Mary all night long/ A little bit of Jessica here I am”
[16] Curso de narrativa posmoderna impartido por Mihai Iacob (2020)
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